Cuentista

En una ciudad desierta, sólo se escucha el pedal desvencijado de una bicicleta vieja, más parecida a un triciclo que a un biciclo. Montado sobre él viaja un cuentista. Giraba y saltaba en su biciclo desafiando la gravedad, pues el cuentista, no creía en ella.

martes, 13 de mayo de 2008

Caos



abrió el grifo, el agua salía turbia. esperó un momento hasta que se purifique y se enjuagó la cara. tomó aire y se dirigió al living. estaba todo abarrotado de cajas, los fleteros se habían retirado hacía un rato. era una paz tan absoluta que apenas podía tranquilizarse. sobre el sillón había una montaña de libros que llegaban hasta el techo en aquel estrecho lugar.
pensó que tendría que tomarse más de una semana para poner orden al desquicio que la rodeaba. puso a hervir agua para un café que la despavile un poco. estaba sumamente agobiada.
un diálogo tan estúpido la había alejado de su vida real, una dicusión. ella era la que tomaba impulsos, al menos eso creía. y debía mantenerse sólida en su desición. lo estrañaba, si.
aquel lugar resultaba tan ajeno y apartado, no podía soportar la sensación de la espera. "ya voy a estar mejor", no.
mientras tomaba el café miraba a su alrededor sabiendo que todo eso no era suyo, eran pedazos de una vida compartida. no podía apropiarse de nada.
el gato no paraba de husmear todo recobeco y maullaba como reclamando algo muy serio, parece que él también estaba ajeno a toda la situación.
cada sorbo de café le subia el recuerdo de su hogar, de su familia. el muchacho era un despiadado, pero ya no podía distinguirse. siempre fue una relación simbiótica, ya no sabía cuál ra el límite entre uno y otro. creo que esto la volvía loca, si ella quería algo, él también, si tenía planes para las vacasiones, él también. y no la sorprendería que él también pensara esto aquí y ahora, con café en mano, caóticamente en el miamo caos.

viernes, 9 de mayo de 2008

Abismo


suspiró profundo y saltó. le gustaba sentir el vértigo de la caída, el viento en la cara. un salto casi perfecto, lineal, como todos. pero los de ella tenían un encanto aun mayor, quizá su contextura física, era un cuerpito estrecho y derecho. era flexible y rígida, y sus saltos eran lo suyo.
ella lo sabía y con eso jugaba, pero no hacía piruetas como las demás, solo extendía sus brazos y esperaba con los ojos cerrados el contacto con el agua. la delicia de aquella caída podía disfrutarla sin escrúpulos ni pretensiones.
ese día estaba profundamente concentrada, sabía que la observaba, desde algún sitio. le penetraba su mirada sin saber siquiera desde dónde. siempre subía hasta la 7, pero ese día solo se atrevió a llegar a la 5º plataforma. al asomarse al borde, buscó a duras penas con la mirada a aquel muchacho con quien nada había compartido más que una merienda accidental. y ahora estaba allí expectante a su salto que debía ser al menos limpio. aquel encuentro para ella había sido una coincidencia en la cual se desorientaba. su tía había llevado a su casa a cierta amiga de la infancia, a la que acompañaba cierto hijo menor. este niño resultó predominante.
mientras se precipitaba con furiosa velocidad, pensó que no quería decepcionarlo, se había estirado frente a él. su destreza en el salto no era lo que más la enorgullecía, de hecho era algo casi natural. para ella consistía en mentalizar alguna emoción, alguna imagen atractiva que le produzca placer o alguna frase no deseada que producía desprecio, entonces el salto era más fugaz. pero no sabía saltar de algún modo particular.
de todos modos sabía que él no la juzgaría. los chicos no la apasionaban, no solía entenderse con ellos. pero Tom era distinto, soñaba al igual que todos, pero sembraba al mismo tiempo aquella inquietud en todo el que comparta una plática con él.
disfrutaba recordando aquel encuentro. el niño locamente compenetrado en su historia, y ella sorprendida de ser comprendida. nunca nadie le había dicho que estaba encaminada, más bien solía escuchar que debía elegir, que madurar consistía en seguir una dirección. Tom le resultaba mucho más maduro que todas aquellas opiniones ignorantes, y aun podría haberle enseñado cuál era el sendero que ella prefría.
el impacto en el agua helada le anuló todos estos pensamientos. comenzó a hamacarse para salir a la superficie.
no reconocía todas aquellas miradas preocupantes que le rodeaban. estaba mojada y molesta, le dolía la cabeza. tenía una malla profesional puesta, entonces miró a su entorno: una picina. la mancha de sangre en el borde de cemento delató el incidente. prefirió estar muerta. solo un personaje, un tanto extraño, como 10 años menor que ella, la esperanzó. la miraba con ojos de extrañeza y era el único que no hacía el fracasado intento de recordarle algo.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Quimera


poco a poco me iba despegando de la dimensión aletargada. iba reconstruyendo el sueño, de atrás para adelante, de adelante para atrás, pedacito aquí y allá. la sensación familiar en cualquier parte que nunca había visitado.
otra vez? puse la pava a hervir aun con los residuos que dejan turbada la mente. ese personaje que me frecuentaba mientras dormía, qué tendría que decirme?
mientras sorbía el amargo daba vueltas a este asunto, confundido.

martes, 6 de mayo de 2008

Di dietro




sentía cómo cada gota de aire pesaba sobre sus hombros y se transformaba en sudor. pensó que ridiculizaría, que debía estar ya muy colorada. no, no debía saludarlo. acaso no podía controlar sus emociones? esta situación tan simple la llevó a todo esto que no la despertó. prefirió disimular, miraba por la ventana empañada el paizaje de la ciudad fría y gris, porque tenia que ser gris. podría tener algúin color si al menos aquel percance no hubiera interferido tanto en su ánimo.
pero no, no había caso, perdería, así habia sido siempre con él. cómo hubiera deseado disfrutarlo sin saber, conocerlo después que él pudiera conocerla. ahora nunca pasaría, jamás se abriría a su juicio. claro, el temor le carcomia los simientos. dejaba de ser ella para ser meramente una, no tenía valores, no era diferente si él estaba.
se había sentado justo detrás suyo, pero ella estaba demasiado compenetrada en estas ideas como para haber reparado en algo desde que vio su figura en la parada del bondi. tenía la costumbre de cantinetear todo el día y no tardó en reconocerlo. no pasaron dos minutos que ya estaba reproduciendo alguno de esos temas un tanto singulares. es que no era cualquir tipo de rock, más bien le gustaba la vanguardia, esta vez era spinetta. ella, que estaba dispersa y de golpe todo esto le sonó muy familiar, tomó el libro que tenía en sus manos (en solo una sugerencia a leer, porque descansaba ahí desde que se sentó), abrió la página que marcaba el separador, y clavó la mirada ahí. claro que ahora tampoco leía, lo hacía de reflejo no más.
su voz era chillona y aun asi, a sabiendas, le resultaba de lo más dulce. ahora disfrutaba, de espaldas, sin exponerse a la necesidad de reflejar una expresión, nisiquiera eso. él podía olerla, tocarla, pero no podía verla ni escucharla. era placentero.

lunes, 5 de mayo de 2008

Uno, dos, tres,




por qué traicionarnos, no quiero, no quiero crecer, acaso tengo tiempo para mi? y todo esto se me viene a ocurrir cuando estoy en algún apuro, algún quilombo en el que me meto porque el tiempo y las tareas son una dimensión en la que no quepo. una y otra vez tropezando con lo mismo cuando ya es tarde, cuando ya solo queda equivocarme, bajar la cabeza y con la mirada gacha, convencerme de que esos valores son los que valen, de que mis objetivos están ahi, duermen en la obligación. asumir que no tengo medios, que dependo de todo.
pero bueno, a verr a ver si alguien se preocupa por los que no podemos con las responsabilidades si se quiere, es una palabra muy fuerte. irresponsable es mala palabra para mucha gente, pero nos damos cuenta lo que estamos dejando ahi? esperamos que los demás cooperen con nuestro quehacer, que tomen parte de, digamos que es necesario el esfuerzo para el placer, pero no, no siempre.
ahora, si yo estuviera hablando en voz alta o compartiendo con alguien esto, estaría desvirtuando mi problema, porque soy una persona desprolija, desorganizada, desdesddes, quién es más desprolijo el que no conoce los valores y anda de trajecito sin tener claro por qué, quién es, o yo que cada vez que tengo aalguna obligación, son un cúmulo de emociones con las que no puedo si no las atiendo y ahora que lo pienso si estoy un poco desorientada, pero lo cierto es que tengo claro quién soy, qué quiero.
aterricé, la próxima puerta es el dentista, por lo menos me mantendrá con la boca abierta como para no atacarr a la mujer, no la quiero meter en este embrollo ni juzgarla, quizá quiere y puede vivir asi, quizá me deteste por llegar tarde en mi primera sesión.